jueves, 28 de mayo de 2009

Las vueltas de la vida.

Estas últimas semanas han sido extrañas, podría decir que este ha sido un mes muy distinto a los 60 meses anteriores o algo así.
Todo partió un día en que un amigo al cual no veía casi desde antes que comenzara mi casi traumática historia estaba de cumpleaños, digo esto porque no lo veía como hace 5 años.
Fué un día en que nada tenía planeado, un día como cualquier otro donde probablemente me juntaria con los típicos, tomaría unas cervezas, reiría y fingiría sentirme a gusto, una noche de fin de semana como cualquier otra, si, así de podrida.
Pero apareció la invitación y se veía algo nuevo, divertido, con personas que no veía hace mucho, y que aun no comprendo por qué dejé de frecuentar.
Esa noche recuerdo que nisiquiera me arreglé lo suficiente, solo salí...era una noche muy fría, casi tan fría como lo era mi alma en ese entonces.
Cuando llegué fue agradable verlos a todos, algunas caras nuevas que no había visto nunca, pero aún así, la bienvenida fué cálida, y ese "te extrañamos" que todos alguna vez queremos oir.
Fué en ese momento cuando miré un par de ojos y quedé clavada, aunque sólo pude mirarlos un par de segundos, porque los siguientes sólo opté por mirar el suelo o alguna otra cosa, sentí nervios instantáneos y en ese momento pensé "changos!...esto es algo que no me pasaba hace mucho tiempo".
Debo decir que desde ese día muchas cosas cambiaron en mi vida, me replantié lo que estaba haciendo, en realidad, me dí cuenta de que mi vida iba en picada, hace mucho tiempo salté en paracaidas pero sin hacer uso de el, solo iba cayendo...probablemente si hubiera seguido asi, no se en que estado de ranciedad, toxicidad y vacío estaría en estos momentos. Solía estar inserta en un mundo tóxico, lleno de mentiras, de cinismo, de secretos, un poco de maldad, otro poco de envidia, un mundo que sólo traía recuerdos dolorosos, un mundo que definitivamente me estaba matando.
Ahora salgo mucho más que antes, mi vida giró casi en 180º, pero debo decir que para bien. Volví a juntarme con mis viejos amigos, y los adoro.
Con ellos me siento importante, protegida, segura...y eso es algo que no experientaba hace mucho, ellos no me critican ni me apuntan con el dedo, me quieren tal cual soy, me dan mi lugar, y nisiquiera un lugar cualquiera, me dieron un trono y me hacen sentir demasiado bien.
Con ellos volví a explorar mis lados más ñoños, mas creativos, con ellos no hay día en que no riamos a carcajadas, o que de las historias más malditas, saquemos un buen chiste.
Con ellos puedo pasar horas, reirme como nunca y sin la necesidad de tener 2,5º de alcohol en la sangre.
Quizás confío rápido, me encariño rápido, pero no tengo miedo de equivocarme esta vez, porque a pesar de la distancia que nos separó mucho tiempo, nunca tuve un motivo o algo porque reclamarles, siempre fueron un siete.
Además, ellos me hacen recordar lo bueno que había en la Victoria de hace 5 años atrás, esa colorina que reía mucho, que creía en el amor, que creía en la amistad, la que tenía los ojos expresivos, la que se reía con los ojitos. Esa Victoria que vivía en mí antes de caer en las manos de esa persona que simplemente me destruyó y destrozó cada ilusión que vivía en mi.
Claro, la diferencia está en que la Victoria de ahora, es una mezcla de aquella de ese tiempo, y la que soy ahora, la segura, la firme, la que piensa que esta vez nadie vendrá a pisotear, la que se hizo fuerte.
En ocasiones aun siento un poco de miedo, creo que es algo normal, el miedo me hace ser más humana (algo que ultimamente no se me había notado mucho), y también me hace ser un poco más cuidadosa, estar atenta y con los ojos abiertos.
Y esos ojos abiertos fueron los que se cruzaron con ese par de ojitos que me removió el piso en 2 segundos, esos ojitos que siempre se cruzan con los míos, y me hacen sentir como una tonta de 15, con maripositas en el estómago y todo eso. Hay que decirlo, no hay sensación más rica que esa.

Es una nueva etapa y la estoy disfrutando, lo malo se deja atrás y por mucho que lo haya predicado, jamás actué como debía.
Por fin corté cadenas, por fin dije lo que tenía que decir, y simplemente me alejo de lo que me hacía mal, al fin me estoy liberando de esos tumores que de a poco se estaban llevando mi vida.

Hoy me siento libre, contenta, hoy tengo esperanzas y lo mejor, hoy tengo muchos sueños, los cuales quiero hacer realidad, y si fallan, seguramente tendré otros sueños, pero ya no dejaré de soñar. No quiero.

No quiero dejar de sonreir.